El vivencialismo se entiende por un enfoque epistemológico a la hora de entender y percibir la realidad que se aleja del orden positivista y reduccionista que heredamos de la Ilustración.
En el siglo de las luces y con el surgimiento de la ciencia empírica y el racionalismo, las ciencias sociales analizan, explican y generan una "verdad" que aisla a los sujetos con los objetos, obviendo la fractalidad de la realidad, la vinculación que existe entre fenómenos complejos.
El vivencialismo, también llamado enfoque experiencialista, se fundamenta en la intuición (experiencia vivida e integrada) y fija la atención en los simbolismos socioculturales mediante la vivencia sensorial directa. Traducir, mediante significados y conceptos, tal vivencia implica la generación de metáforas (tales cómo la expresión artística). La vivencia sensorial directa de la experiencia nos une al Campo, a la Realidad y nos vincula con lo externo, impediendo la enajenación individualizada y asumiendo la co-creación de los actos relacionales y culturales. Nace así una conciencia vincular con lo interno y externo.
La vivencia directa sensorial alude a experimentar un torrente emocional que no puede ser negado y que el discurso racional puede estar impedido a comprender, por aprendizajes socioculturales limitantes que bloquean o reprimen la experiencia.
El malestar humano se comprende por la incapacidad de contacto vivencial y se traduce en dolor no expresado y conductas estériles, internas y externas. Así mismo, la percepción vincular queda bloqueada asumiendo la individualidad de la experiencia y cosificando al Otro.
El vivencialismo és una forma de estar en el mundo, participando de él, nutriéndonos y nutriendo cómo agentes activos de la realidad.
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